miércoles, junio 15, 2005

Luchando contra el tiempo...

Una vez más he vuelto a éste, mi pequeño refugio. Decenas de obligaciones, para variar, me han distanciado de acá. No intento justificarme ante ustedes, mis queridos lectores, sólo trato de excusarme conmigo mismo de alguna forma. Aún asi, he vuelto. Los mismos fantasmas que me mueven todo el tiempo e impulsan mis acciones me traen una vez más hasta aquí...

Hace poco terminé de leer Abaddón el exterminador, la tercera novela de Ernesto Sabato, sin duda alguna, mi maestro y guía. Esta novela me hizo reflexionar sobre cientos de cuestiones, pero sobre todo una variable contra la cual todos luchamos: el tiempo. Toda la vida he tenido una obsesión por el tiempo, siempre he sentido que cada día el tiempo me rinde menos y que poco a poco me voy perdiendo en él. Y así avanzan los días, las semanas y los meses y, cuando veo hacia atrás, me doy cuenta de todo el tiempo que he desperdiciado en cientos de acciones inútiles y ajenas a las que en realidad quería hacer.

El tiempo me transformó muchas veces en un ser abúlico y pensativo como Bruno -personaje de Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador-, en una persona de "por ahora" que con el inexorable pasar de las agujas del reloj termina convirtiéndose en nadie. No quiero, ni pretendo, que se me pase la vida entre líneas y fragmentos de relatos inconexos a simple vista; lo único que quiero es escribir. Así sea en vano, sean tonterías o banalidades tengo que seguir escribiendo, intentando desesperadamente no ser destruido por el tiempo, luchando contra él con lo único que siempre he tenido: mis letras.

Este post, más que una reflexión, es un grito en dirección a ustedes. No malgasten su tiempo, no lo desperdicien, no se lo den a nadie que no lo merezca, pero, sobre todas las cosas, no lo ignoren. Allí, en la ignorancia -¿perpetua?- de los seres humanos radica el verdadero poder del tiempo; ese veneno que lentamente corre por nuestras venas, que poco a poco nos embriaga y cuando menos lo esperamos: ya se nos pasó la vida, ya el tiempo obró y no hay marcha atrás. Pónganle pasión a sus vidas, a todo lo que hacen: sólo así se puede combatir al terrible verdugo del tiempo. Una hora con un ser amado se convierte en un minuto de nuestro tiempo; de igual forma, una minuto de dolor se convierte en una hora de nuestro tiempo; esto nos demuestra que el tiempo -como unidad intocable, ineluctable- no existe; al igual que la realidad, es un factor que está sujeto a nuestra percepción. Sometan al tiempo con sus pasiones, jueguen con él, engáñenlo, pero nunca le den el control de sus vidas.

"El tiempo del que disponemos a diario es flexible, las pasiones que sentimos lo dilatan"
Anónimo

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy deacuerdo contigo.....

Shimbe....

NOlo dijo...

Vaya, ya que bueno que volviste luis!...

Y pues bueno, no cabe duda que el tiempo tiene esa dualidad de que lo sufres o te ayuda.. pero no lo puedes dejar a parte...

Akanesita! dijo...

Lusitox Reloaded!!!! has vuelto kerido luisito n_n bienvenida.

Razon no te falta, si las personas dejaran de pasarc la vida viendo el tiempo que dejo atraz y se ocupara de manejar mejor el tiempo que le queda, kizas no existiera la amargua y el estres que a diario vivimos, siempre vemos el tiempo que fallamos, y no vemos el tiempo que perdemos viendo lo que dejamos atraz.

TQM