martes, noviembre 30, 2004

Back to school?

Todos los universitarios, o no universitarios, en algún punto de sus vidas -quieranlo o no- deben volver a su colegio. A muchos esto les trae gratos recuerdos, a otros sólo le es indiferente y a unos cuantos se les remueve el corazón con nostalgia al revivir determinados momentos. En este último grupo me incluyo, ya que el colegio -salvo algunas excepciones- me trae memorias no muy agradables. Mis amigos del colegio lo siguen siendo en la actualidad así que no los extraño a ellos; puede que tal vez sienta algo de nostalgia por las travesuras, los profesores, "el ambiente" pero seamos sinceros: nadie en su sano juicio quiere volver al colegio.

Volví al colegio por razones de fuerza mayor, desde que me gradué más nunca me digne a ir y aunque pensaba prolongar mi lejanía de ese sitio nada pude hacer al respecto. Pero los recuerdos son los peores fantasmas que pueden perseguir al hombre, y estos se encargaron de revivir los caminos que había andado. Estudie en ese colegio desde sexto grado y vivi cientos de amores, decepciones, aventuras, pero después de todo, "el cole" sólo me recuerda mi último año de estudios. Uno de los años más intensos de mi vida y en parte, el más "cambiante" por asi decirlo. Ese año "terminé" con bombon -final que sólo sería el comienzo de algo mucho peor- y conocí a una de las personas que más ha marcado mi vida: la socia.

Mi tiempo con ella fue casi efímero, nos conocimos e hicimos amigos en un par de meses y en ese corto tiempo ella tocó mi corazón. Más allá del hecho que ella me gustara, lo que realmente llegó a mi alma fue la ternura y el apoyo que me brindó en mis peores momentos. El último año en mi colegio fue caótico, tuve 280 inasistencias en todo el año, me quedaron 2 materias y prácticamente tenía el año perdido. Con el mundo cuesta arriba y todo indicando a que iba a repetir la socia confió en mi y me alentó a seguir hasta el último momento. Como muestra de su confianza me dio su anillo de la suerte para que pasara todas las materias y de hecho así lo hice. Este dichoso anillo significaba muchísimo para ella, era su amuleto de buena suerte y tenía un gran valor sentimental y el simple hecho de darmelo me dejó atónito. Al final ella se fue para España de vacaciones y nunca volvió. Como era de esperarse yo me quede con su anillo y desde el día que me lo dió nunca he dejado de tenerlo colgado en mi cuello como mi amuleto de buena suerte.

El ir al cole me hizó recordar todos esos momentos, por un instante me pude ver corriendo con mis amigos, llorando por una chica y saludando a la socia, todo en un segundo. Los recuerdos si bien nos cazan, nos torturan, siempre nos hacen recordar quienes somos, que hemos hecho y dictan muchas veces el que haremos. Si bien la visita me deprimió un poco, también me recordó que en algún punto del juego una persona creyó ciegamente en mi, me dió un pedacito de su corazón y gracias a ella pude salir adelante. Ahora puede que no tenga a una socia que me de otro anillo, pero tengo ese recordatorio que por más feo que todo este, por más "jodida" que la tenga siempre se podré salir adelante. Y si nada se arregla, si todo sigue igual, y pierdo las ganas y el animo, retrocederé la película para recordarme que alguna vez alguién creyó ciegamente en mi, y sólo por ese gesto, por hacerle honor al anillo que llevo en mi cuello no me rendire nunca.

Catarsis here we go!!! n_n-v