sábado, diciembre 29, 2007

¿Desperdicia tu vida?

¡Feliz navidad! jeje, algo tarde, pero lo que cuenta es la intención. Espero que la hayan pasado muy bien con todos sus seres queridos y que hayan recibido muchos regalos y bla, bla, bla (a estas alturas del juego deben estar hartos de las cadenas navideñas con buenos deseos y demás, no seré reiterativo en esto, simplemente les deseo lo mejor en esta fecha). Llevo tiempo organizando mi cuarto y entre inventariar libros y películas se me han ido las vacaciones. No me quejo, solo estoy harto del polvo y la alergia que me está matando.

Hace un par de días estuve navegando en internet buscando wallpapers widescreen para mi compu (¿no es irónico que la proliferación de los monitores anchos sea inversamente proporcional a la cantidad de fondos de pantalla que se encuentran para ellos en la red?). Después de vagar un buen rato caí en una página, exactamente en un foro de animación. En este pequeño rincón no había gran cosa que leer -sí, admito que muchas veces caigo en foros y termino enganchado leyendo alguna discusión inútil en la que me gustaría intervenir, pero que jamás tendría el ánimo para hacerlo-, lo que conseguí allí fue una pequeña imagen que me pareció muy curiosa y me dejó pensando un rato...

Hagan click en la imagen, es un "gif" animado y vale la pena verlo. Waste your life, be an artist (Desperdicia tu vida, se un artista). El mensaje siempre es el mismo mientras que aparece un muñequito ejerciendo todas las posibles ramificaciones del arte (desde un escultor hasta un dj).

¿Es realmente un desperdicio dedicarse al arte? Muchos dirían que sí, incluyendo a los mismos artistas. Lo más complejo que hay en el mundo es la creación: no se aprende, tampoco se puede medir con alguna puntuación, es netamente subjetiva y no hay formulas mágicas para que a todos les guste. Aunque todos los artistas trabajan por razones diferentes -sea por catarsis, sobrevivir, perdurar en la historia, ganar dinero o mover el mundo-, siempre el margen de riesgo es el mismo. ¿Qué tan fácil es fracasar en un mundo donde el arte se ha convertido en un espectáculo meramente comercial? Yo diría que el riesgo es demasiado grande, a veces tanto que es preferible ni siquiera pensar en correrlo.

Perdido el mundo o no, como en todos los tiempos, siempre hay un grupo de valientes que dan su vida por el arte. Esos obstinados que son considerados locos y al morir se convierten en genios, esos que, literalmente, desperdician su vida persiguiendo un ideal que jamás verán realizado. Bolaño decía que un poeta debe ser alguien valiente, yo aplicaría esa máxima a todos los artistas, sea cual sea su vocación. Hay que tener cojones para dedicar toda una vida a algo que ni siquiera el creador sabe a ciencia cierta qué es y que consume todo su tiempo. Dar sin esperar nada a cambio, la quintaesencia de cualquier religión y que sólo es practicada por los artistas.

Sea por exorcizar sus demonios internos, por cambiar un poco el mundo o por abrir una puerta nueva que nadie se ha atrevido a tocar -o una puerta desconocida, una que jamás llegó a ser vista, una que sólo existe en el artista y en el espectador que se interna en la obra del creador-, el artista gasta su tiempo, dinero, esfuerzo y su vida apostándolo todo al vacío. Confianza, arrogancia, algo de locura, tal vez insolencia o estupidez, el creador es el único que puede darse el lujo de pasar por el mundo, de sentirlo, de aprehender cualquier instante, de crear y recrear cualquier cosa -cualidad dual, bendita y maldita, ambas caras disfrutadas por igual. Algo todavía más importante: el artista es el único -junto con Jesús y otros héroes de la historia- capaz de sacrificarlo todo por amor, del puro y desinteresado, a su obra. ¿Será que si todos fuésemos un poquito artistas en nuestras cosas el mundo iría mejor?

¡Felicitaciones y mis respetos a todos aquellos valientes que escogieron el camino del arte! A ellos dedico mi último post del 2007, esperando entrar con honores en las filas artísticas del 2008.