martes, agosto 02, 2005

Los pecados capitales: ¿Un absurdo?

Muchos de mis amigos y allegados conocen perfectamente mi postura heterodoxa hacia la religión cristiana. Creo en Dios, rezo todos los días antes de dormir pero estoy en desacuerdo con cientos de cosas que la iglesia hace hoy en día... no soy el único que piensa así. En los últimos años se ha venido incrementado la población que está "en contra" de la iglesia pero a favor de la religión. El punto de este post no tiene que ver con mis posturas religiosas pero si tienen que ver con el tema en cuestión. Antes de empezar, quisiera disculparme de antemano con cualquier fanático o seguidor acérrimo del catolicismo que frecuente mi blog.

Este ensayo, teoría sin sentido, disparate, o como quieran llamarlo, viene acechándome desde hace mucho tiempo y por fin me he decidido a escribirlo. Todos, sin importar nuestra religión, hemos escuchado hablar sobre los 7 pecados capitales: avaricia, envidia, gula, ira, lujuria, pereza y soberbia. "Acuñados" por Santo Tomás de Aquino -que buscaba puntualizar cuales eran los sentimientos que corrompían el alma de los seres humanos-, los 7 pecados capitales, se han vuelto tan "sagrados" como cualquier palabra escrita en la Biblia. En teoría, todos sabemos que es "malo" sentir envidia, ira, soberbia, entre otros, pero... ¿Se es realmente un pecador por sentir, dicho sea de paso, estos sentimientos?

Vamos caminando por la calle, una persona atractiva nos pasa por al lado y nos sonríe: ¿es realmente un pecado que tengamos un "mal" pensamiento al respecto?, no lo creo. Me niego a creer que Dios me castigará y me demonizará por sentir "cosas" cuando veo a una persona que me atrae; mucho menos cuando me deprimo y empiezo a comer por comer; ni hablar de los ataques de ira que todos sufrimos a diario cuando estamos enfrascados en algún embotellamiento. Es imposible que una religión busque eliminar nuestros impulsos, más difícil aún que nos castigue por sentir cosas. Nadie puede dominar lo que siente, mucho menos lo que piensa o dejar de pensar. Podemos controlar nuestras acciones pero nunca podremos dominar nuestros sentidos.

Para mis usos personales, una religión o ley que intente anular nuestros impulsos y sentimientos no es más que un sin sentido. Si bien es cierto que los 7 sentimientos que reúnen los pecados capitales no son los más "loables" que tenemos los seres humanos, también es cierto que es ridículo que se castigue a alguien por sentirlos. En mi modesta opinión, los 7 pecados capitales son los que definen al ser humano: todos, desde curas hasta asesinos en serio, hemos sentido alguna vez o en repetidas ocasiones un poco de envidia por la suerte de otros -sobre todo cuando esa suerte es injusta-, de igual forma, nos hemos atragantado comiendo hasta más no poder, hemos sentido bajas pasiones, ¿quién no quiere tener más dinero del que tiene?, más de una vez le hemos salido con una patada a alguien, ni hablar de los ataques de ira que se pueden llegar a sentir frente a una injusticia y, no podía faltar, la pereza de levantarnos día a día para ir a un trabajo que detestamos.

Si mi esposa sale en mi noche de bodas con un traje de cuero, un látigo y vestida muy sexy, ¿soy malo por querer hacerle el amor hasta más no poder?; ¿acaso Dios me odia cada vez que me deprimo y devoro cientos de chocolates?; ¿Dios se ofende cada vez que toco corneta en una cola?; ¿es realmente malo que haya días en que me de fastidio ir a la universidad?, yo pienso que no. Dios nos dio la facultad de pensar, de sentir, de existir. Es totalmente absurdo que se quiera castigar a alguien por hacer lo único que nos convierte en seres humanos: sentir.

En nuestros tiempos, la religión se ha ido a pique por perder aquella "nobleza" del ideal que, en teoría, profesaban. Las iglesias fueron creadas para orientar, para guiar a los seres humanos, no para castigarlos e imponerles normas sin sentido que ni siquiera el ente rector cumple. Por convertirse en "el opio de la sociedad" -citando a Marx- y por querer dominar el mundo, la religión se ha vuelto la empresa más vil creada alguna vez por un ser humano... pero eso ya es harina de otro costal, puede que otro día les exponga mis concepciones sobre la religión. Gracias a Dios no estoy en la edad media, sino, hace años me hubiesen quemado en la hoguera.