viernes, abril 07, 2006

Para los poetas...

¡Hola a todos! Gracias a Dios ya tengo una semana "libre" por Semana Santa. Sólo he tenido 4 días de clases, pero el levantarme temprano e ir a la uni me deja agotadísimo. De hecho, mi horario es un desastre; estoy durmiendo muy poco y todavía no me acostumbro a levantarme temprano para pasar toda una mañana en un pupitre. Lo único bueno es que la preproducción de Suicidios C.A. va mucho mejor: ya tengo un protagonista, locaciones y utilería. Además, mi primer corto fue exhibido en la Primera muestra de cortometrajes de la universidad Alejandro de Humbold y a todo el mundo le gustó. De hecho, nos dieron una placa por participar y muchas personas nos felicitaron.

Siempre he confesado que soy pésimo para la poesía, de hecho, mis conocimientos en este campo son muy limitados. No quiero decir con esto que no me guste, simplemente no me he dedicado a ella como me he esmerado con la literatura o el cine. Por eso, para arreglar este imperdonable error, decidí leer un poema a diario. De momento, estoy leyendo un poemario de Eugenio Montejo (el poeta venezolano que mencionan en 21 gramos) titulado Adiós al siglo XX. No soy quien para hablar de poesía, pero me parece que Montejo es excelente. Es difícil que un poemario me atrape, tarde o temprano termino odiando unos poemas y amando a otros. Curiosamente, hasta ahora, casi todos los poemas que he leído de Adiós al siglo XX me han gustado muchísimo. Hoy me topé con uno que me encantó y como sé que a muchos de ustedes les gusta la poesía, decidí postearlo. Espero que lo disfruten.

NOTA PRELIMINAR: Transcribí el poema tal como sale en el poemario, intenté dejar la misma "forma" con que salé escrito.

La poesía:

La poesía cruza la tierra sola,
apoya su voz en el dolor del mundo
y nada pide
-ni siquiera palabras.

Llega de lejos y sin hora, nunca avisa;
tiene la llave de la puerta.
Al entrar siempre se detiene a mirarnos.
Después abre su mano y nos entrega
una flor o un guijarro, algo secreto,
pero tan intenso que el corazón palpita
demasiado veloz. Y despertamos.


Eugenio Montejo, Adiós al siglo XX