sábado, enero 06, 2007

12 cosas que no pueden faltar en un Fin de Año

¡Feliz año! Sí, un poco atrasado, pero nunca es tarde para desear cosas buenas =p… Aunque ya ha pasado algo de tiempo desde que cambiamos el 6 por el 7, de seguro todos ustedes deben estar hartos de las cadenas -muy bonitas, pero un poco huecas- sobre “paz, amor, bendiciones y salud”… Tranquilos, no voy a agobiarlos con oraciones prediseñadas ni frases lisonjeras; me limito a desearles, de corazón, lo mejor y que el 2007 sea más alegre que su antecesor.


Puede que esté siendo diacrónico, pero no podía dejar escapar el magno evento de El Fin de Año sin escribir ni una línea al respecto. Tardé unos días, es cierto, pero la musa salvó al blog del olvido -como siempre jeje- y se me ocurrió hacer una de mis famosas Listas sobre este acontecimiento. Como todos sabemos, después del Miss Venezuela, El Mundial, Globovisión, La Vinotinto y El Béisbol, el 31 de diciembre es uno de los actos más emblemáticos que une a la familia y amigos venezolanos. Al igual que cualquier celebración, esta fecha tiene ciertas características, casi milenarias, que se repiten de generación en generación… a continuación, una breve disección de ellas:


12 cosas que no pueden faltar en un Fin de Año:


1) La circulación de las famosas cadenas -algunas desde el 30 de diciembre- vía mail o mensajería de texto. Frases cuya redacción delatan el plagio del remitente y que nunca se sabe de dónde salen ni quién las escribe.


2) Todos en casa -sea un apartamento de 60 metros o una mansión- se visten de gala con los famosos estrenos (ropa nueva que debe usarse por primera vez, no importa que tan lujosa sea, en la celebración del fin de año).


3) Aunque el eterno soundtrack que debe reinar en el evento debe ser un cd gaitas o aguinaldos, nunca debe faltar algún recopilatorio de La Billo’s que, dicho sea de paso, ha sonado toda la vida en cada 31 o 24 de diciembre (CD que contenga éxitos como: “Año nuevo, vida nueva“, “Piano merengue” y “La marina tiene un barco, la aviación tiene un avión: Vamo’ a ver los cadetes que hoy están de graduación“).


4) La cena de fin de año debe tener: hayacas, bollitos, pernil, pan de jamón -que será desbaratado por algún familiar que no gusta de las pasas y/o aceitunas. Alimentos que serán acompañados con bebidas como: champaña, sidra, vino, cerveza, whisky o cualquier clase de sustancia alcohólica que haga que la gente empiece el año entonado.


5) Los comensales, sean 3 pelagatos o 10 generaciones completas, deben brindar en copas (así sea Pepsi su contenido).


6) Durante la cena siempre se repiten las mismas anécdotas familiares que todos conocen (cuando Pepito se rascó, la vez que María se hizo pipi en su bautizo, aquella vez que el tío José explotó un Kiosko con un cohetón, entre otros).


7) Dependiendo de la extensión de la familia todos deben sentarse a la mesa o comer en sus adyacencias (cocina, sillas, muebles, piso, entre otros).


8) Sea grande o pequeña la familiar que se reúne, nunca pueden faltar:

a. El tío que se rasca.

b. La tía que llora de nostalgia (o de la curda, al igual que el tío anterior).

c. El primito que corre por la casa.

d. El hijo que trae un “pana” o a la novia coleados.

e. El hermano mayor que se va de rumba o “Pa’ plaza Altamira” y pasa toda la cena molesto por tener que “calarse a esa cuerda e’ viejos“.

f. El cuñao jodedor que se gastó 2 millones en fuegos artificiales y que los lanza junto con los menores de edad -a pesar del poco consentimiento de los padres de la criatura en dicha acción.

g. El abuelito que se duerme justo al marcar las 12.


9) Faltando 2 o 3 minutos para la medianoche, sintonizar alguna emisora de radio donde se escuchen las famosas 12 campanadas (o, lo más sofisticados, ven alguna fiesta de fin de año, pregrabada, del canal de su preferencia).


10) Dependiendo de la formación y tradiciones familiares, al llegar el Nuevo Año comienza una especie de gincana donde cada miembro de la familia hace un ritual diferente. Entre ellos se destacan:

a. Ponerse ropa interior amarilla (que las mujeres asumen como hilo y los hombres como tanguita) para tener buena suerte durante el año.

b. La madre que rompe media casa llena de adornos sacando la maleta y corriendo de un lado a otro fuera del apartamento, como si estuviese poseída, gritando: “me voy pa’ Mayami! Pa’ Europa!“.

c. Las carteras o dólares debajo del sobaco para atraer el dinero.

d. La tía solterona paseando algún Ken -tomado a la fuerza de aquella niñita que se trajo sus Barbies- para conseguir novio el año entrante.

e. Y por último, la mayor actividad de riesgo en un fin de año: las 12 uvas. Tradición que hasta ahora no ha cobrado vidas en ningún hogar venezolano, pero más de un susto al ver a algún familiar atragantado engullendo 1 uva por segundo.


11) Después de la 1am, lentamente, la calma vuelve a la reunión: parte de los familiares se van, los primitos se quedan dormidos, los hombres -que sin importar su parentesco, ahora se llaman entre ellos compadres- se reúnen a tomar whisky y hablar mal del gobierno, las mujeres -entonadas- se terminan las botellas de sidra/champaña/vino o abren una de Ponce Crema para echar cuentos o destrozar el vestido infame de tal comadre o como fulanita le pega los cachos a menganito, los jóvenes se van de rumba y los más pequeños, al no obtener la visa para huir, se quedan frustrados viendo televisión o jugando Nintendo.


12) Por último, para cerrar con broche de oro, nunca falta el tío borracho que llega a las 2am y que estaba con la otra parte de la familia (si, esa que compite con la de este relato haciendo su fiesta de fin de año paralela) sobando a todo el mundo y ubicándose con los demás hombres, eso si, haciendo más ruido que todos ellos juntos.