domingo, mayo 06, 2007

Los 90 infinitos minutos de 13 segundos

La segunda película de Freddy Fadel, egresado de la Universidad Católica Andrés Bello y director de la hiperrealista Mi mujer es la que manda, narra la historia de 5 mujeres embarazadas que desean resolver su situación. El film, titulado 13 segundos, intenta exponer el dramático mundo del aborto y el tráfico de bebés.

Un desfile de 17 personajes acompañados con una narración completamente diacrónica –tanto en forma como en fondo-, intentan darle vida a un guión disfuncional y, en algunos momentos, absurdo. Las 5 protagonistas, lejos de ser bebés, son madres de diferentes estratos sociales –aunque 4 eran clase media-alta y una sola era pobre- que desean dar a luz o terminar con su proceso de embarazo.

A pesar de contar con un elenco de primera, las interpretaciones dejan mucho que desear. En línea general, la mayoría del reparto estuvo sobreactuado y con actitudes, como la del Dr. Eduardo Valladares (Victor Camara), simplemente, fuera de lugar. Pero no todo estuvo perdido, vale la pena destacar la actuación de Mercedes (Lourdes Valera), Claudia (Gabriela Vergara) y Simón (el joven Miguel Ángel Morena) que intentaron darle vida a unos personajes completamente huecos. El antagonista, Manuel (Augusto Galíndez), a pesar de intentar salvar su personaje con una de sus típicas actuaciones, es tan incongruente como el resto del film.

La banda sonora es pésima y las escasa musicalización pasa sin pena ni gloria. La iluminación es completamente plana y, en muchos casos, tan sencilla que empobrecen la escasa belleza de los encuadres. Saltos de eje, uso excesivo de angulares y encuadres desastrosos son la firma de este joven director que parece atentar contra todo lo que el buen cine predica. La edición, a pesar de estar en manos del mismo director y guionista, resulta completamente ofensiva para el espectador. Las disolvencias, cortes y demás transiciones no existen: todo se resume en un fast forward que cuenta todo lo que sucede. Técnica de la cual se abusa y que visualmente llega a ser molesta.

La producción tiene errores garrafales como que la barriga de Maria (Rossana Fernandez) sea visiblemente una almohada y que los decorados sean tan simples como una novela de cualquier canal (detalles imperdonables para una película que costó 1500 millones de bolívares). Puede que lo único original que tenga la cinta sean las famosas imágenes reales dentro y fuera del útero, recurso que fue extremadamente utilizado y que perdió su atractivo durante la primera hora de película.

El título parece netamente intuitivo, en ningún punto de la película -ni siquiera en el clímax o intento de- parece correr peligro la vida de los bebés durante 13 segundos. El aborto es una tema controversial per se, por eso no creo que la cinta llame precisamente a la reflexión Puede que la idea –y solamente la idea- del largometraje estuvo original, pero su desarrollo y la pésima ejecución de la misma terminaron sepultándola por completo.

Definitivamente, este film si hace un llamado, uno desesperado y desgarrador, pero no a las madres embarazadas, sino al cine venezolano. Los jóvenes directores deben tomar conciencia e ir a ver este largometraje y aprender de él lo que no debe hacerse… A pesar de sus fallas y sus gags –que dan más lastima que risa-, 13 segundos es, como película dramática, la mejor comedia que he visto en mucho tiempo.

P.D: Sí, soy un poco ácido; soy el primero en apoyar el cine venezolano bien hecho y el primero en destruir producciones nefastas como ésta.
P.D2: Esta crítica era para la universidad y decidí compartirla con ustedes.