miércoles, marzo 29, 2006

¿Cómo escribir un Best-seller?

¡Hola a todos! Hace rato pasaba por un foro de literatura que a veces frecuento y me conseguí con un tópico bien curioso. El título, homónimo al de este post, me hizo entrar a ver que me encontraba. Aunque en todos los sitios donde hablan de Best-sellers la opinión es siempre la misma (que son malos, que son comerciales, que son iguales, por nombrar alguna de las cosas que más se repiten), en este tema un usuario hizo algo bien curioso: colocó una lista de características que debe tener un Best-seller para asegurarse el éxito. Me tomé la libertad de sumar unos cuantos ítems más a la lista y todos concordamos que, por más difícil que parezca, el escribir un Best-seller depende de una formula correcta que mezcle en su justa medida los siguientes elementos:

1) Elegir un título que:
a) Mezcle espiritualidad con dinero fácil.
b) Sugiera algún trapito sucio de la iglesia o el gobierno.
c) Sea intrigante como: "La verdadera vida sexual del clero".

2) Utilizar el lenguaje más llano posible para que los lectores no tengan que acudir al diccionario todo el tiempo y cierren el libro por siempre.

3) Involucrar el crecimiento espiritual con el económico y así animar a trabajar más y de manera eficiente. De esta forma los empresarios regalarán los libros a sus empleados y se multiplicarán las ventas (Fish, ¿Quién se ha robado mi queso?, El monje que vendió su Ferrari, entre otros).

4) Pensar por el lector. Esto incluye conclusiones ya sea sugeridas por los personajes, o bien directamente en una sección aparte.

5) Ser breve, no muchas páginas. A menos que se atengan al punto 7).

6) Escribir el libro en capítulos cortos y de sencilla digestión. De esta manera podrán tener una novela de 1000 páginas que todos leerán.

7) Tener lista una secuela de libros similares para cuando estalle el Boom.

8) Ser completamente explícito con lo que ocurre en la historia: no dejar nada a la imaginación.

9) Meter alguna conspiración enorme por parte de:
a) El gobierno
b) La iglesia
c) Alguna secta aparentemente muerta
d) Los extraterrestres

10) Desmentir la historia de una religión, artista, lugar o acontecimiento histórico con supuestas pruebas verdaderas -y entre más polémicas sean, mejor.

11) Enlazar los libros de usando los mismos personajes o situaciones. Así se ahorra tiempo creando personajes y situaciones nuevas: simplemente debe cambiarse el contexto.

12) Procurar que las secuelas sean, por lo general, trilogías.

13) Suponiendo que el primer libro tenga éxito, dejar bien claro que las secuelas son secuelas. Esto se hace utilizando antetítulos como estos:
a) "La segunda entrega de la trilogía de La verdadera historia de la religión cristiana".
b) "La clave Dalí, un nuevo enigma que sólo Roberto Longdon puede resolver".
c) "Del autor de: Los hijos ilegítimos de Jesús, Las mentiras de la iglesia y Lo que usted no sabía del Papa, nos llega un nuevo libro lleno de suspenso, revelaciones y acción: Todo sobre el manto de Turín".

14) El punto anterior es vital: asegura que la gente compré el resto de los libros del autor.

15) Tener un final que concuerde con los cánones de Hollywood: los buenos ganas, los malos mueren, la verdad se hace pública y la pareja protagonista vive feliz. Esto es vital para el punto 16).

16) Tener un acuerdo con un cineasta para llevar el libro a la pantalla grande. Se ha demostrado que este es el modus operandi que da mejores resultados.

Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia...

viernes, marzo 24, 2006

La creación: ¿En manos de el Destino?

Casi nunca acostumbro hablar de mí en el blog. Desde que abrí Blue Fields me propuse que escribiría con el único propósito de aportarle algo "interesante" a mis lectores, por eso muy pocas veces ocupo un post para hablar de mi vida. En la mayoría de mis publicaciones sólo me limito a contarles algo de mis proyectos (sólo a manera de introducción al tema) y, sin muchos rodeos, entro en materia. Pero hoy es diferente, me siento frustrado y quisiera compartirlo con ustedes, después de todo, tal vez alguno se sentirá identificado conmigo y así cumpla con mi objetivo de dejarles algo en que pensar.

Anoche, mientras organizaba mis archivos de la computadora, borré la carpeta donde estaba todo lo que he escrito. No soy un neófito con las computadoras (de hecho, iba a estudiar ingeniería en sistemas porque me considero diestro con ellas), no me pregunten qué sucedió, lo cierto es que sin darme cuenta borré mis archivos. Creo que todo pasó cuando mudaba archivos de una carpeta a otra y borraba las carpetas que, en teoría, estaban vacías. En fin, no vale la pena entrar en detalles, a estas alturas del juego no tiene sentido cavilar al respecto: la realidad es que quedé sin nada. Intenten imaginar mi crisis. Son las 4:00Am, estaba a punto de irme a dormir y zas sucede esto. Por un segundo me sentí desnudo, perdido y tan aturdido que pensé que moriría de un infarto por la rabia que tenía. Dolor, frustración, impotencia, rabia, una vorágine me carcomía y me dejaba totalmente indefenso.

No podía imaginarme comenzando a reescribir todo; cientos de páginas de guiones, cuentos, novelas, ensayos e ideas se fueron al infierno. Después de tener más de 9 años escribiendo, tener que arrancar desde cero es imposible. Sé que a todos nos toca en algún punto de nuestra vida comenzar de nuevo algo: una relación, un trabajo, una vida en otro país, etc. Pero para un escritor perder su obra es como un disparo en el corazón; algo parecido a morir y reencarnar en otro cuerpo donde tus recuerdos sean intangibles, en una vida donde pierdes la identidad, la memoria y todo lo que eres. Lo peor es que podría volver a escribir muchas cosas, pero nunca sería lo mismo. Al descubrir esa aterradora verdad, llegué a una de las conclusiones más espantosas sobre el arte de la creación: todo depende del Destino.

Cada noche, cada circunstancia, cada letra, cada coma, es irrepetible. Este post no sería el mismo si lo hubiese escrito 3 horas antes, así hubiera querido expresar las mismas ideas. Con esto quiero demostrarles que todo nuestro arte -música, novelas, pinturas, cine, por nombrar algunas ramas- es meramente casual. Sí, el talento es importante, como diría Borges, a la hora de escribir todo se resume en: 99% técnica y un 1% de inspiración. El problema está en que sin ese 1% de inspiración, sin esa casualidad que nos mueve a hacer algo, la técnica queda obsoleta. Una obra de arte se compone de momentos de la vida del autor, de situaciones irrepetibles que captó de alguna forma y transformó en algo único. Si revisamos la historia de los grandes artistas, la mayoría se vieron impulsados a trabajar en sus obras por mera casualidad: un sueño, una escena que vieron en algún sitio, una conversación que escucharon accidentalmente, una sensación que les produjo un sabor, una persona que tropezaron en la calle, etc. Debe ser por esto que el arte se asocia con lo divino: porque aunque el artista trabaje en una obra, siempre hay una fuerza que no comprende que lo empuja hacia ella.

Gracias a Dios (sea el Destino, la casualidad, Buda o los extraterrestres), hace poco conseguí una especie de back up que hice hace como 2 meses de mis archivos escritos. El alivio que sentí fue infinito, pero no puedo evitar sentirme mal por perder 2 meses de trabajo. En las últimas semanas me había dedicado a escribir 3 horas diarias una idea en la que había volcado todas mis esperanzas... Tal vez nunca se vuelvan a dar las condiciones para volver a escribir lo que escribí; probablemente, si las condiciones se dan y los pensamientos vuelven, no podré plasmar lo mismo que plasmé en las líneas que perdí. Mi único consuelo, además de haberlo recuperado casi todo, es que todo pasa por algo. Nunca sabré que sucedió esa noche, mucho menos si fue para bien o para mal. Lo hecho, hecho está. Aunque perdí una parte de mí, las líneas que escribí -y ahora pertenecen a la nada- me ayudaron a conocerme a mi mismo. Así no pueda recordar muchas cosas puntuales, sé que mi historia está allí, en alguna parte de mi corazón, esperando ser escrita y observándome en silencio, como a veces deberían quedarse algunas líneas que uno escribe... en silencio.

"La impotencia es la cara oculta de la creación"
Eduardo Liendo, Los platos del diablo

lunes, marzo 20, 2006

Reflexión de la semana: 23/03

"Todos deseamos rescatar a través de la memoria cada fragmento de vida que súbitamente vuelve a nosotros, por más indigno, por más doloroso que sea. Y la única manera de hacerlo es fijarlo con la escritura.

La literatura, por mucho que nos apasione negarlo, permite rescatar del olvido todo eso sobre lo que la mirada contemporánea, cada día mas inmoral, pretende deslizarse con la más absoluta indiferencia."

Enrique Vila-Matas, Bartleby y compañía

lunes, marzo 13, 2006

¿Podrían renunciar?

¡Hola a todos!... Como muchos sabemos, hay personas que son extremadamente ordenadas con sus vidas; otras, al contrario, tienen una especie de cualidad especial para que todo en su día a día sea un desorden. Yo me incluyo en este último grupo de gente. Mi vida siempre ha sido un caos y cuando estoy grabando es peor. Entre ensayos, buscar locaciones, entrevistar actores y armar planes de rodaje han pasado la mitad de mis vacaciones y, probablemente, el resto de ellas. El horario a veces se vuelve asfixiante, los contratiempos están a la orden del día y el stress se vuelve tu compañero omnipresente. A pesar de todas estas cosas, cuando alguien me pregunta si me gusta lo que hago le respondo sonriendo: "Sip, no podría vivir de otra forma". Puede que sea el peor guionista y director de cine del mundo, es probable que como escritor me muera del hambre, lo cierto es que no podría vivir sin escribir y hacer cine. Amo lo que hago y si algún día tuviera que renunciar a ello... no sabría qué hacer con mi vida.

El famoso Bartleby y compañía -libro que cité en mi post pasado- plantea un dilema muy interesante. En esta obra Vila-Matas habla sobre los escritores que un día, sin motivo aparente, dejaron de escribir novelas ¿Algún razón para que ellos se alejaran del mundo de las letras?, muchísimas. Escritores que renuncian a escribir porque "ya todo está escrito", otro se cree un mueble, uno aprende ingles y se le complica la vida... en fin, hay decenas de casos y cada uno mas peculiar que otro. Lo que llama la atención de estos escritores llamados "Bartlebys" es que renunciaron a escribir deseando hacerlo vehemente.

Aunque las razones de los Bartlebys para huir de la escritura son muchas, la mayoría coincide en un mismo punto: todos aman la literatura y sienten que su obra no debe o merece ser escrita. No es cuestión de baja autoestima, mucho menos de poca confianza en si mismos; es algo que va más allá. Es tenerle tanto amor al género que se renuncia a él antes de entrar para no dañarlo. Si, al final, resulta que soy un fiasco como escritor, si mi obra no contribuye en nada a la humanidad, pero de igual forma se vende... ¿podría renunciar a ella por amor al género que me ayudó a vivir? Yo creo que sí. Siempre he pensado que la razón de ser de un escritor (y de cualquier profesión, desde ingeniero nuclear hasta barrendero) es ayudar a la gente. El día que mis letras y mis películas no ayuden a nadie, por más amor que le tenga a mi trabajo, desapareceré como un Bartleby. Dejaré de escribir por amor a la misma escritura y me sumiré en un eterno silencio por el bien de todos.

Este dilema no sólo se limita a los escritores o artistas, todo el mundo se ha visto en él alguna vez. Más de uno habrá conseguido el trabajo perfecto en una empresa que roba... ¿sería moralmente justo seguir con tu amado trabajo en una situación así? Sin ir muy lejos... ¿vale la pena amar a tu pareja, pero mantener una relación que no es debida o les hace daño? Podría cita muchos ejemplos, pero creo que ya captaron mi idea... ¿Es posible renunciar por amor a lo que se ama?, esa es una de las grandes preguntas que encierra Bartleby y compañía y, haciendo a un lado la ficción, nuestra vida. Y ustedes... ¿podrían renunciar?

martes, marzo 07, 2006

Una anécdota de Bartleby y compañía

¡Hola a todos! Para variar, aparezco y desaparezco del blog; lo importante es que no me he ido por mucho tiempo =p. Tenía muchos temas pendientes por escribir, pero decidí contarles una pequeña anécdota que leí hace poco en Bartleby y compañía, una novela de Enrique Vila-Matas (quien es, en mi opinión, uno de los mejores escritores españoles que existen). Sin más preámbulos, ahí les va...

Fanil, el protagonista de El vanidoso, tiene la piel y los músculos transparentes, tanto que se pueden ver los distintos órganos de su cuerpo, como encerrados en una vitrina. Fanil ama exhibirse y exhibir sus vísceras, recibe a los amigos en traje de baño, se asoma a la ventana con el torso desnudo; deja que todo el mundo pueda admirar el funcionamiento de sus órganos. Los dos pulmones se inflan como un soplido, el corazón late, las tripas se contorsionan lentamente, y él hace alarde de eso. "Pero siempre es así -escribe Wilcock-: cuando una persona tiene una peculiaridad, en vez de esconderla, hace alarde, y a veces llega a hacer de ella su razón de ser."

El cuento concluye diciéndonos que todo esto sucede hasta que llega un día en el que alguien el dice al vanidoso: "Oye, ¿qué es esta mancha blanca que tienes aquí, debajo de la tetilla? Antes no estaba." Y entonces se ve adónde van a parar las exhibiciones desagradables.

Bartleby y compañía,
Enrique Vila-Matas


... y ustedes, ¿conocen a alguien que sea como Fanil?

miércoles, marzo 01, 2006

Lo mejor del mes (febrero)

¡Hola a todos! Febrero, el dizque mes del amor, pasó volando. Entre corazones, lágrimas y amigos se fueron muriendo los 28 días del segundo mes del año. So, sin más dilaciones, aquí les dejo Lo mejor del mes de febrero.


*Mejor película en cartelera*

Crash
Dirigida por: Paul Haggis.
Escrita por: Paul Haggis (Million dollar baby).
Duración: 100 minutos.
Género: Drama.

Sinopsis:

Con un estilo parecido al de 21 gramos y Amores perros (historias de varios personajes que se cruzan en algún punto), Crash perfila como una de mis películas favoritas para el Oscar. El film cuenta la historia de varios personajes cuyas vidas terminan ligándose en un punto -de manera dramática, vale la pena acotar-, cambiando el rumbo de los mismos, para siempre. Todas las historias son totalmente distintas; se tocan temas como el racismo, el abuso de poder, los prejuicios, el amor y la moral. Dichos tópicos se entrelazan de una manera sublime -gracias a nuestro amigo el Destino, esta vez encarnado en la pluma de Paul Haggis- y crean una sinfonía conmovedora llamada Crash. Una película aleccionadora que le ensañará a cada uno de sus espectadores una que otra cosa sobre la vida.


*Mejor película en DVD*

Solaris
Dirigida por: Steven Soderbergh (Traffic, Ocean's eleven, Ocean's twelve, Erin Brockovich).
Escrita por: Steven Soderberg basado en la novela de Stanislaw Lem.
Duración: 99 minutos.
Género: Ciencia ficción - Drama

Sinopsis:

En el año 20XX, Kelvin (George Clooney) es un psiquiatra, viudo, cuya vida transcurre en absoluta normalidad y que todavía no termina de superar la muerte de su gran amor. Un día, recibe el mensaje de un amigo que está en una estación espacial que se encuentra en la órbita de un nuevo planeta llamado Solaris. Su amigo le pide que vaya hasta la estación espacial, ya que están sucediendo cosas extrañas en ella. Kelvin acepta la misión y al llegar a la nave comienza a ser víctima de estos extraños sucesos. Misteriosamente, su esposa muerta aparece en la nave como un tripulante más y Kelvin comienza a descubrir el misterio que envuelve este enigmático planeta. Lejos de ser una película de ciencia ficción, Solaris es una de las metáforas más extrañas que he visto sobre el amor. El film explora ese sentimiento desde un punto de vista muy... original, usando una historia rara y un poco compleja, pero que sirve de telón para demostrarnos hasta que punto estamos dispuestos a llegar sólo por amar a alguien.


*Mejor libro*

Orgullo y prejuicio, Jane Austen

Cuando leí Un cuarto propio, de Virginia Woolf, noté que hablaba muy bien de Jane Austen (por ser, según ella, la primera escritora que marcó un hito en la historia; además, habló de Orgullo y prejuicio como una de las obras más importantes en la literatura femenina del mundo). Fueron tan buenos los argumentos que Virginia Woolf usó para hablar de Jane Austen que, una vez que terminé de leer Un cuarto propio, salí a comprar Orgullo y prejuicio. La propaganda de Woolf junto al próximo estreno de la película de dicho libro fueron los motores que me movieron a leerlo. A primera vista, la novela asusta: una obra de más de 400 páginas y publicada en 1815 es algo que a cualquiera le sonaría a aburrimiento total. Contrario a lo que esperaba, Orgullo y prejuicio resultó ser una novela excelente. El ritmo con que está escrita es realmente envidiable. No es pesada, de hecho, uno puede leerla de un tirón y no se cansa. La historia está plagada de ironías sobre la sociedad de aquella época y de personajes muy carismáticos que terminan atándote a la novela sin que des cuenta. Los dilemas que plantea Austen en su obra son excelentes y, aunque suene extraño, la novela no es para nada cursi. Otro bonus, que posee Orgullo y prejuicio es que la protagonista, llamada Lizzy, son de estos personajes entrañables que uno nunca podría olvidar. De hecho, desde que leí la novela, descubrí que Lizzy es mi tipo de mujer perfecta y las chicas que la lean podrán verse reflejada o aprender un poco de ella.

PD: Si alguna de mis lectoras se parece a Lizzy, no duden en contactarme para concertar una cita romántica. Prometo conquistarlas mejor que Darcy o Bingley =p.