domingo, enero 15, 2006

El vacío...

La vida es extraña y nosotros, los seres humanos, somos complejos. ¿Cuál es el resultado? Una suerte de pintura surrealista: un cuadro donde todo parece tener sentido aunque no podamos entenderlo. Nuestras obligaciones -trabajo, colegio, universidad, entre otros- hacen que nuestra existencia se vuelva un poco rutinaria. Irónicamente, por más repetitiva que se vuelva la vida, siempre tenemos algo diferente; hay días felices, unos tristes y otros que, simplemente, son extraños.

Si se pudiera clasificar de alguna forma nuestros días, en la categoría de extraños, entrarían días como este... A todos nos sucede que en algún punto de nuestra vida, con o sin razón, nos sentimos vacíos. Puede que todo vaya bien, que tengamos una vida "perfecta": cero problemas y sin complicaciones; aún así, hay algo, un sentimiento raro que te va consumiendo poco a poco como si fueses un cigarrillo. No es tan fuerte como una depresión, tampoco es tan ligero como los llamados "bajones". Es una sensación que se mueve en un espectro de emociones casi imperceptibles, paradójicamente, su efecto es tan fuerte que no podemos omitirla. Sería inútil intentar describirla, sólo podría compararse con una especie de melancolía que nos vuelve abúlicos y un poco misántropos.

Durante estos días cualquier actividad, catalogada como "simple", se vuelve una odisea. Todo toma dimensiones absurdas: desde levantarse de la cama hasta ir a comer. El tiempo transcurre lentamente, duermes por horas y cuando te das cuenta no han pasado ni cinco minutos. No hay ánimos para nada; prendes la televisión y, aunque tus ojos no se despegan de ella, simplemente, no la ves. A pesar de intentar distraerte -leyendo, viendo una película, haciendo algún trabajo pendiente o dando una vuelta por ahí-, todo es en vano. Nada parece llenarte, nada puede generar una emoción en ti. El único sentimiento que pareces tener y que, paradójicamente, no sientes es ese vacío que te consume... Y nada puede evitarlo... nada puede aplacarlo... Sólo quieres que el día termine; rogando que mañana ya no este allí para así vivir, feliz, tu rutina...

Creo que este fue el mejor intento que he hecho por describir como me siento en días como hoy... ¿Les ha pasado?