lunes, junio 27, 2005

Reflexión de la semana: 27/6/2005

Aunque hace varios días deje atrás el Ensayo sobre la ceguera, todavía me quedan un par de pensamientos para compartir con ustedes... Éste, aunque un poco dramático, deja pensando sobre esa pregunta que siempre ronda al ser humano: ¿Vale la pena vivir estando condenado a morir?

“Quien va a morir aquí ya esta muerto y no lo sabe. Que hemos de morir es algo que sabemos desde que nacemos. Por eso, en cierto modo, es como si ya hubiéramos nacido muertos”

José Saramgo, Ensayo sobre la ceguera

viernes, junio 24, 2005

¡Feliz cumpleaños maestro!

El día de hoy, como muchos otros, me encontraba luchando contra el tiempo. Corriendo de aquí a allá, ignorando que las horas pasan de manera implacable hasta convertirse en terribles días que, cuando menos lo pensamos, se convierten en meses y años que nos alejan de esté presente que se termina volviendo un pasado remoto. Así llegue hasta este 24 de junio, un día realmente especial para mí. No lo digo por celebrarse el día de nuestro "glorioso" ejército nacional, mucho menos por tener un día libre lejos de las presiones de la universidad, lo digo porque hoy cumpleaños una persona muy importante para mí: Ernesto Sabato.

¿Quién demonios es Ernesto Sabato?, muchos que me conocen ya sabrán por donde vengo, otros podrían deducirlo, de igual forma pienso hablarles de este famoso escritor al cual considero mi maestro. No podría empezar a hablarles de él sin antes hacer un pequeño review de su vida, claro está. Nació en Rojas, una provincia de Buenos Aires, un 24 de junio de 1911; hizo un doctorado en física y trabajo por muchos años en el laboratorio Curie, en París y en 1945 abandonó la ciencia para dedicarse en cuerpo y alma a la literatura. ¿Por qué admiro tanto a alguien que deja su trabajo como físico nuclear en un laboratorio prestigioso, casi como la NASA, por escribir?, la respuesta es sencilla: lo admiro por ser valiente. Y no lo admiro sólo por su valentía de entregarse a su pasión, también lo admiro por su excelente obra como escritor y ser humano.

Sabato no es un simple escritor, es un hombre preocupado por el caos que enfrentamos en nuestro tiempo. No es un García Marquéz que transmite imágenes "bonitas", mucho menos un Dan Brown que busca vender sus libros, Sabato es un humano preocupado por el destino de la humanidad, es un escritor que explora las regiones más oscuras de los seres humanos y que, mostrándonos el mundo en su máxima crueldad, nos enseña que siempre hay una esperanza. Con sus distintas novelas y ensayos, busca tocar la conciencia humana y hacerla despertar, trata de abrirnos los ojos para que veamos el caos en que vivimos.

Archiconocido por su primera novela, El túnel, Sabato ha ganado decenas de premios en su trayectoria como escritor. A sus 94 años -si, está cumpliendo 94 años-, tiene una obra conformada por distintos ensayos y novelas -las mejores que he leído en mi vida, tengo que agregar-. Sé que Sabato nunca leerá este pequeño homenaje que hoy le rindo, también estoy conciente que estas líneas no serán publicadas en ningún diario o medio de difusión masivo, aún así no me importa porque esto es sólo un acto simbólico. Pero... ¿qué son los homenajes después de todo?, son un simple acto simbólico, al igual que todo en nuestra vida: desde lo material como el dinero, siguiendo a lo superficial como un estatus social y llegando a lo más sublime como una caricia; todo lo que los seres humanos hacemos es netamente simbólico. Por eso le escribo a Sabato en su idioma: el idioma de los símbolos.

Sólo espero que las 2 o 3 personas que lean este post se tomen la modestia de leer algún ensayo o novela de él. Comiencen por El túnel, verán como se enganchan con Sabato; sigan con Sobre héroes y tumbas y ya no podrán soltarlo. Vale la pena conocer las ideas de un hombre como él, sus novelas no son sobre personajes irreales: son sobre nosotros mismos, sobre nuestros miedo y obsesiones que se ven reflejados en un Castel atormentado que mata a su amante o en un Martín enamorado que vaga por una ciudad buscando los recuerdos de su amor. Sabato, al escribir sus novelas y ensayos, puso su granito de arena para salvar a la humanidad de la destrucción, todavía a sus 94 años tiene planeado sacar 2 ensayos más sobre nuestra situación actual... y tú ¿qué has hecho por nuestro mundo?

"Hay una manera de contribuir a la protección de la humanidad, y es no resignarse"
Ernesto Sabato

domingo, junio 19, 2005

Reflexión de la semana: 19/6/2005

Ya que he vuelto al blog "legalmente" quisiera poner cierto "orden" acá. Sólo podré postear una vez a la semana -haciendo un esfuerzo sobre natural, tengo que admitirlo- pero, de igual forma, pienso postear todos los fines de semana un pensamiento o reflexión de algún libro que esté leyendo. De esta manera mantendré el lugar un poco activo y, además, podré llegar a mi meta: al menos 2 post semanales...

Sin más preámbulos los dejo con la nueva sección -un poco trillada, lo admito- de "Reflexión de la semana"... Esta semana le tocó a Jose Saramgo con su Ensayo sobre la ceguera, libro que terminé de leer hace poco y del cual quisiera compartir con ustedes varios fragmentos.

"… si antes de cada acción pudiésemos prever todas sus consecuencias, nos pusiésemos a pensar en ellas seriamente, primero en las consecuencias inmediatas, después, las probables, más tarde las posibles, luego las imaginables, no llegaríamos si quiera a movernos de donde el primer pensamiento nos hubiera hecho detenernos.”
José Saramago, Ensayo sobre la ceguera

miércoles, junio 15, 2005

Luchando contra el tiempo...

Una vez más he vuelto a éste, mi pequeño refugio. Decenas de obligaciones, para variar, me han distanciado de acá. No intento justificarme ante ustedes, mis queridos lectores, sólo trato de excusarme conmigo mismo de alguna forma. Aún asi, he vuelto. Los mismos fantasmas que me mueven todo el tiempo e impulsan mis acciones me traen una vez más hasta aquí...

Hace poco terminé de leer Abaddón el exterminador, la tercera novela de Ernesto Sabato, sin duda alguna, mi maestro y guía. Esta novela me hizo reflexionar sobre cientos de cuestiones, pero sobre todo una variable contra la cual todos luchamos: el tiempo. Toda la vida he tenido una obsesión por el tiempo, siempre he sentido que cada día el tiempo me rinde menos y que poco a poco me voy perdiendo en él. Y así avanzan los días, las semanas y los meses y, cuando veo hacia atrás, me doy cuenta de todo el tiempo que he desperdiciado en cientos de acciones inútiles y ajenas a las que en realidad quería hacer.

El tiempo me transformó muchas veces en un ser abúlico y pensativo como Bruno -personaje de Sobre héroes y tumbas y Abaddón el exterminador-, en una persona de "por ahora" que con el inexorable pasar de las agujas del reloj termina convirtiéndose en nadie. No quiero, ni pretendo, que se me pase la vida entre líneas y fragmentos de relatos inconexos a simple vista; lo único que quiero es escribir. Así sea en vano, sean tonterías o banalidades tengo que seguir escribiendo, intentando desesperadamente no ser destruido por el tiempo, luchando contra él con lo único que siempre he tenido: mis letras.

Este post, más que una reflexión, es un grito en dirección a ustedes. No malgasten su tiempo, no lo desperdicien, no se lo den a nadie que no lo merezca, pero, sobre todas las cosas, no lo ignoren. Allí, en la ignorancia -¿perpetua?- de los seres humanos radica el verdadero poder del tiempo; ese veneno que lentamente corre por nuestras venas, que poco a poco nos embriaga y cuando menos lo esperamos: ya se nos pasó la vida, ya el tiempo obró y no hay marcha atrás. Pónganle pasión a sus vidas, a todo lo que hacen: sólo así se puede combatir al terrible verdugo del tiempo. Una hora con un ser amado se convierte en un minuto de nuestro tiempo; de igual forma, una minuto de dolor se convierte en una hora de nuestro tiempo; esto nos demuestra que el tiempo -como unidad intocable, ineluctable- no existe; al igual que la realidad, es un factor que está sujeto a nuestra percepción. Sometan al tiempo con sus pasiones, jueguen con él, engáñenlo, pero nunca le den el control de sus vidas.

"El tiempo del que disponemos a diario es flexible, las pasiones que sentimos lo dilatan"
Anónimo