lunes, octubre 24, 2005

Reflexión de la semana: 24/10

¡Hola a todos! Espero que estén bien y que todavía se acuerden de mí. Me desaparecí por una semana y algo más, pero les traigo buenas noticias. Primero que nada ya terminé de filmar el cortometraje, llevo toda esta semana trabajando en la edición que es, es definitivamente, lo que quita más tiempo. Todo está saliendo muy bien, demasiado, me atrevo a decir. Salvo un par de detalles que faltan por corregir, el cortometraje está más que listo; así que muy pronto estaré de vuelta. Esta semana terminaré los detalles que faltan y ya podré escribirles a toda máquina acá. De momento me despido con otro pensamiento, espero que el último por un buen tiempo...

“… la pregunta se las traía, porque en efecto era una pregunta inocente como ella sola pero, también precisamente por eso, extremadamente peligrosa, pues revelaba que Victoria se interesaba por mí, y eso convertía a la pregunta en algo tan grande como un toro alado; una pregunta con pies y cabeza, alas y rabo, y orejas que cortar, es decir, algo muy parecido al amor, que es también en el fondo una gran pregunta y algo tan directo e ingenuo como extremadamente peligroso”

Enrique Vila-Matas, Suicidios ejemplares