lunes, julio 17, 2006

Reflexión de la semana: 17/7/06

¡Hola a todos! Como pueden ver, el sitio está súper crudo. Tanto retraso es por motivos ajenos a mi voluntad; si tuviese todo el tiempo del mundo -y los conocimientos necesarios en html y demás- hace rato hubiese arreglado la página: lastimosamente, la realidad es otra. Fred, es la persona que me ayuda con el diseño y como los dos estamos ocupados en mil cosas (él con trabajo y yo terminando la universidad), pues no hemos podido dedicarnos al nuevo domain. Sólo espero que disculpen la pésima fachada y disfruten la Reflexión de la semana. Ojala y la próxima vez que me lean ya tenga esto mucho mejor. ¡Saludos!

“Y comprendía, ahora, que el hombre nunca sabe para quién padece y espera. Padece y espera y trabaja para gentes que nunca conocerá, y que a su vez padecerán y esperarán y trabajarán para otros que tampoco serán felices, pues el hombre ansía siempre una felicidad situada más allá de la porción que le es otorgada. Pero la grandeza del hombre está precisamente en querer mejorar lo que es. Es imponerse Tareas. En el Reino de los Cielos no hay grandeza que conquistar, puesto que allá todo es jerarquía establecida, incógnita despejada, existir sin término, imposibilidad de sacrificio, reposo y deleite. Por ello, agobiado de penas y tareas, hermoso dentro de su miseria, capaz de amar en medio de las plagas, el hombre sólo puede hallar su grandeza, su máxima medida en el Reino de este Mundo”.

El reino de este mundo, Alejo Carpentier

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